Consecuencias económicas de la victoria de Trump

Contra todos los pronósticos, el martes 08 de noviembre del 2016, el candidato republicano Donald Trump se convirtió en presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. A diferencia de otras elecciones en aquel país, esta fue monitoreada por el mundo, particularmente por los mexicanos, debido a las declaraciones de este personaje, de particular importancia su insistencia en construir un muro, que elimine la movilidad ilegal de mexicanos, la deportación de los mexicanos que no tienen documentación, cancelación del tratado de libre comercio y fortalecimiento del nacionalismo económico norteamericano. Aunado a que mostró una actitud intolerante y un carácter voluble, que impide determinar el patrón de su conducta y por tanto genera nerviosismo e incertidumbre, particularmente en los mercados financieros.

 

Preocupa por lo anterior, pero no debe sorprendernos que, incluso de haber ganado Hillary, tendríamos que estar tensos. En primer lugar, porque nosotros en el tiempo no hemos realizado tareas estructurales como crecer a tasas elevadas y sostenidas (salvo en la etapa conocida como desarrollo estabilizador), distribuir adecuadamente el ingreso y reducir la pobreza a un mínimo (hoy según estimaciones no oficiales, tenemos un país con más de 66 millones de personas en esa condición, la estimación oficial es que son 55 millones). En segundo lugar, los americanos, históricamente han sacado ventaja de nosotros, basta recordar que, en febrero de 1848, nos arrebataron por la fuerza los territorios de California, Nuevo México y Texas. Desde entonces, hemos sido despojados, en parte por su fuerza y en parte porque no hemos sido capaces de tener autoridades competentes y honestas, invertido en educación, ciencia, tecnología y tomar en serio la tarea del desarrollo.

 

Precisamente, con la llegada de Trump al poder, no es exagerado pensar, que un escenario como el del siglo XIX se repita, a pesar de que hoy existen contrapesos internacionales. Se corre el riesgo de que abiertamente, con una mayoría en las dos cámaras (Senadores y Representantes) este líder mundial decida implementar medidas, si no expansionistas, si de franca confrontación con México, recordar que, en su visita a nuestro país, lejos de respetar a su anfitrión lo insultó al indicar que sería el gobierno mexicano quien pagaría por el muro que tiene planeado construir. Su forma de actuación no tiene comparativo en la historia reciente de las relaciones entre México y los Estados Unidos, estamos ante un escenario inédito, que no resulta favorable para nosotros.

 

¿Cuáles serían las principales consecuencias de la victoria de Trump? Se pueden enumerar en dos categorías: de corto y mediano plazo. De corto plazo, el peso continuará depreciándose con respecto al dólar, se espera que alcance una paridad en los siguientes días de más de 21 pesos por dólar en el mercado al menudeo a la venta. Las autoridades mexicanas, particularmente la comisión de cambios (SHCP y Banxico), ya han indicado que no harán nada porque la economía, según ellos, tiene “fundamentos sólidos”, entre los que destacaron las reservas internacionales por más de 175 mil millones de dólares, una línea de crédito flexible con el FMI por 86,200 millones de dólares, y estabilidad macroeconómica reflejada en una inflación controlada. Precisamente, para las autoridades, mientras la inflación no se desborde o exista ese riesgo, no intervendrán en el mercado cambiario.

 

La depreciación de la moneda tiene como efecto inmediato el encarecimiento de las importaciones y por ende los costos de producción de los empresarios, al sostenerse por tanto tiempo, sin duda se traslada a los precios que pagamos los consumidores. Aquí entramos un terreno peligroso, ya que las cifras oficiales siguen indicando que la inflación se encuentra controlada, pero la sensación o percepción de los consumidores es muy diferente, ya que ellos consideran que sí han sido afectados por la depreciación al pagar precios más elevados. Algo que es particularmente claro, en ciertos bienes como los electrónicos y en general toda clase de productos que sabemos vienen del exterior. Solamente, por poner un ejemplo, para preparar mi clase de crecimiento económico, tuve que comprar un libro elaborado en 2013 que en 2014 valía 600 pesos, pero este año, al efectuar la compra tuve que desembolsar 1,400 pesos, porque su precio había cambiado producto de la depreciación (un crecimiento de 233%). ¿Considera la compra de libros el Banxico en el cálculo del índice nacional de precios al consumidor? La respuesta es sí, ya que se monitorean 283 productos genéricos, pero no necesariamente se refleja con la fuerza de la cifra que he indicado, por no estar ponderado con un valor elevado. En fin, existe discrepancia entre lo que dice la medida síntesis de la inflación general en el país y lo que los consumidores perciben. Seguramente si viviéramos en un país, donde nuestras autoridades hacen bien su trabajo de servicio público nadie dudaría de la cifra de inflación, pero como sabemos que no son de fiar, las estadísticas que nos presentan están sujetas a la duda.

 

En diciembre se vuelve a reunir la FED en los Estados Unidos, es probable que no aumenten la tasa de interés porque la victoria de Trump ha generado incertidumbre respecto al estado de la economía. Por lo tanto, este es un factor que presionará menos a nuestra moneda. Lo que es muy probable que ocurra, en los primeros meses del 2017, en caso de que la inflación se incremente al finalizar el 2016, es un nuevo incremento de la tasa de interés de referencia en México. De presentarse, se reducirá la inversión, tanto pública como privada. De hecho, la inversión pública ya ha venido reduciéndose, por los recortes al gasto público y la nueva política de austeridad. Con lo anterior, veremos que 2017 cerrará con un promedio de crecimiento inferior el 2% en promedio anual, confirmando con ello el estancamiento de la economía mexicana.

 

La depreciación ha sido hasta ahora también favorable, para los turistas, que tienen en nuestro país una renta relativamente incrementada y para los mexicanos que envían remesas desde los Estados Unidos. Otro grupo que gana, de momento, son los mexicanos que viven en la frontera norte y trabajan a diario en el sur de los Estados Unidos. Pero los que más ganan son los exportadores, siempre y cuando tengan un diferencial positivo con relación a lo que pagan por sus importaciones. De mediano plazo, la victoria de Trump, implicaría que las remesas de los mexicanos se reduzcan, por varias razones, una de ellas es que anunció, como indicaba al principio, que construiría un muro, lo que en esencia significa menos migración ilegal, aunque a decir de los especialistas de El Colegio de la Frontera Norte, hace ya algunos años que la migración hacia aquel país es cada vez menor. Se espera, por lo tanto, una reducción del monto de recursos que recibimos, por lo que afectará el saldo de nuestra balanza de pagos. En caso de cumplir su promesa de endurecer la política migratoria, también seremos afectados por los mexicanos que serán deportados, se habló de más de 10 millones de mexicanos, no anticipo que se llegue a esa cifra, por la dificultad de implementación, pero es probable que sean al menos un millón de repatriados, en cualquier caso, presionará el mercado laboral mexicano, el cual ya de por si no responde a las demandas de creación de nuevos puestos de trabajo. Las cifras de personas en pobreza tenderían a incrementarse, aunado a la presión por servicios públicos en las ciudades a las que lleguen, es posible que las ciudades más afectadas por esto sean las de la frontera norte. Ciudades que viven en entornos de gran inseguridad y que ahora sumarían la presión de los retornados.

 

Aclarar que estamos en un escenario de especulaciones, no existen certezas. El siguiente impacto de mediano plazo sería en la relación comercial, Trump aseguró que revisaría el TLCAN, y que de ser posible se eliminaría, lo que reduciría nuestras exportaciones y la inversión extranjera directa. A pesar de las críticas que dicho tratado ha recibido en México, ha beneficiado a un país que dejó tareas pendientes, como la reindustrialización. Su desmantelamiento, sería en el mediano plazo, el golpe más devastador, ya que algunas ciudades que en México crecen, lo hacen gracias a las exportaciones manufactureras. Se perderían empleos y el ingreso se reduciría de forma notable. No existe manera de que las “reformas” emprendidas por la presente administración ayuden a compensar esto, ya que una de las grandes reformas ausentes es precisamente la productiva y de desarrollo industrial. Al no haber construido en el tiempo una industria nacional, al dejar en manos de extranjeros nuestro comercio, la debacle económica sería total si Trump y su partido deciden salir del TLCAN y/o imponer barreras al comercio.

 

A partir del 20 de enero sabremos si este pesimismo se confirma o bien todo fue parte de una estrategia de campaña para ganar la elección y Trump y su equipo se moderan, siguiendo una trayectoria convencional de explotación y sometimiento de países pobres como México. Note lo que digo, aun en un escenario como este, el problema no es Estados Unidos, somos nosotros, que no tenemos gobiernos eficaces, efectivos, transparentes, que no tenemos ciudadanos que gusten de hacer cumplir la ley, que no tenemos una sociedad donde se respete la propiedad privada y el Estado de derecho, que vivimos en un país que ha descuidado y sigue descuidando la educación, que no invierte en ciencia y tecnología, que ha reducido la inversión pública, que no brinda condiciones adecuadas de trabajo y operación a sus empresarios, que no privilegia el mérito como forma de ascenso social, que gusta de la simulación y el engaño y que se queja, pero que no actúa para revertir su estado de subdesarrollo. Para rematar, que gusta de la violencia, el crimen y el narcotráfico, tanto así, que millones de ciudadanos no se pierden su novela o serie de narcos favorita, o bien escucha patéticas canciones que hacen apología de los narcos o bien considera que el “Chapo” es un héroe digno de imitarse. Mientras no entendamos que el problema somos nosotros, seguiremos dependiendo de las decisiones de otros.

Escribir comentario

Comentarios: 8
  • #1

    Rodolfo Rodríguez (miércoles, 09 noviembre 2016 15:04)

    Los americanos se dejaron llevar por el discurso xenofóbico del Sr. Trump, apostando a limpiar Estados Unidos de mexicanos entre otras razas, me da la impresión que el grueso de la población norteamericana desconoce las consecuencias que puede desencadenar la elección de este personaje, tanto en la economía de su país como en la seguridad nacional e internacional. Nuestros connacionales son grandes proveedores de las reservas internacionales de dólares con que cuenta México esperemos a ver que hacen los gobernantes si es que el nuevo presidente electo cumple sus amenazas en este rubro.

  • #2

    Isaac Sánchez Juárez (miércoles, 09 noviembre 2016 16:50)

    ¡Gracias por tu lectura Rodolfo!

  • #3

    Héctor Portillo (jueves, 10 noviembre 2016 14:58)

    En mi opinión, estamos con cierta incertidumbre con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, que en mi opinión se va a mantener firme a los discursos de campaña, ya que debido a esos discursos fue que los americanos votaron por el y ademas el cual el aspira a reelegirse por otros cuatro años tendría que cumplirlos. Y la preocupación que tenemos es debido a que dependemos mucho de lo que pasa en Estados Unidos, si nuestros gobernantes se preocuparan mas por el país y por su gente y se preocuparan menos por sus bolsillos, no estaríamos en esta situación de especulación y nerviosismo. Con la alza del dolar es una situación que nos conviene, ya que consumiríamos menos en el extranjero.

  • #4

    Isaac Sánchez Juárez (jueves, 10 noviembre 2016 17:00)

    ¡Gracias Héctor! Espero no cumpla con sus promesas, sería altamente negativo para nuestros intereses.

  • #5

    Héctor Portillo (viernes, 11 noviembre 2016 09:27)

    Yo también espero que no las cumpla, pero fue eso lo que a la mayoría les gusto de sus discursos y por eso votaron por el. Y lo mas triste fue que muchos de los votantes fueron hispanos.

  • #6

    Ángel López (viernes, 11 noviembre 2016 21:43)

    Interesante artículo.

  • #7

    Josue (miércoles, 23 noviembre 2016 14:52)

    Me llama la atención el efecto que podría traer lo que Trump llamo "el congelamiento de las remesas" para evitar la salida de dólares de EUA, yo me preguntaría ¿hasta que punto puede depreciarse el peso?¿cuanto más puede aguantar antes de que suceda una crisis como la del 94?. Tal vez es momento de comenzar a pensar que el Banco de México debe tener mas facultades y objetivos, más allá del control de la política monetaria parece necesario que cuente con mecanismos para generar crecimiento económico a través de políticas fiscales, pues en tiempos de crisis es necesario tener a la mano de todas los mecanismos posibles

  • #8

    Isaac Sánchez Juárez (miércoles, 23 noviembre 2016 15:09)

    Estimado Josue:

    Muy buen comentario. A diferencia del pasado, hoy que tenemos un tipo de cambio flexible, la depreciación no es tan alarmante, ya que ha sido paulatina y los agentes han absorbido sus efectos. De cualquier forma se mantiene tu duda, en relación al tiempo adicional de soporte.

    Mis mejores deseos.